Los 5 imprescindibles de Sevilla
Los 5 imprescindibles de Sevilla
La Catedral de Sevilla y la Giralda

La Catedral de Sevilla es el templo gótico más grande del mundo. Su origen se remonta al siglo XII, cuando el califa Abú Yuqub Yusuf ordenó su construcción. En 1248, tras la conquista por Fernando III de Castilla, la mezquita se transformó en la iglesia de Santa María de la Sede, dando inicio a una serie de modificaciones y ampliaciones a lo largo de los siglos.

Hoy, la Catedral cuenta con 10 puertas, destacando la Puerta de la Asunción como la principal y la Puerta del Perdón, la más antigua de la antigua mezquita almohade. En su interior, se despliegan cinco naves, siendo la central y del crucero las más altas. Entre las capillas, la Capilla Real destaca por albergar la imagen de la Virgen de los Reyes y los restos de monarcas como Fernando III y Pedro I El Cruel.

La Catedral también es una de las mejores pinacotecas de España, exhibiendo obras de Murillo, Goya, Alonso Cano, Francisco Herrera el Mozo, y Luis de Morales, entre otros.



El Barrio de Santa Cruz

Este barrio es conocido por sus calles estrechas, casas señoriales y patios rebosantes de flores.

Santa Cruz experimentó un renacimiento a finales del siglo XIX, gracias a las reformas posteriores a la Exposición Iberoamericana de 1929. Disfruta de un paseo por sus callejuelas, desde la Calle Mateos Gago hasta la Plaza de Santa Cruz, conociendo la historias y leyendas que se encuentran en cada rincón.


Plaza de España

Diseñada por el arquitecto sevillano Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, la Plaza de España es un símbolo del abrazo entre la antigua metrópolis y sus colonias. Su forma semielíptica y su inmensa superficie de 50.000 metros cuadrados la convierten en la plaza más imponente de España.

El canal que bordea la plaza, sus puentes representando los antiguos reinos, el lago semicircular y las torres gemelas, todo contribuye a la impotencia de la plaza.
 

Torre del Oro

Esta se construyó con objetivos defensivos en el siglo XIII, en el margen del río Guadalquivir. Con sus 36 metros de altura, la torre cuenta con tres cuerpos que reflejan diferentes épocas arquitectónicas.

Construida por los almohades en sus dos primeros cuerpos, y completada con un tercer cuerpo cilíndrico en el siglo XVIII, la Torre del Oro defendía la entrada fluvial hacia el Puente de Barcas y resguardaba el acceso al Arenal. En la actualidad, cuenta con un museo naval en sus dos plantas visitables y terraza panorámica.